Finalistes
Ja
hem triat els 13 finalistes del IV Certamen de
microrelats fantàstics i de terror de Sants.
Enguany la participació ha estat molt bona i hem rebut
uns 750 textos que ens han fet la vida una mica
més difícil. El nivell, però no ha estat, en general,
gaire a l’alçada dels certamens anteriors, però amb tot,
hem pogut fer una primera tria de 25 semifinalistes de
la qual hem pogut fer-ne una segona, la dels 13
finalistes.
La
llista alfabètica dels finalistes és la següent:
1.
Atrevida ilusión
2.
Consulta al especialista
3.
FLU
4.
Freddie Black
5.
Hermanas
6.
La extraña pareja
7.
Malditas margaritas
8.
Masacre final
9.
Metástasis
10.
Olvido
11.
Revolución germinal
12.
Una corta despedida
13.
Vaciar papelera de reciclaje
Podeu llegir-los tot seguit.
El guanyador serà anunciat durant la Marató de Cinema
Fantàstic i de Terror de Sants d’enguany. Un cop acabada
la marató, els tres primers microrelats seran publicats
a la pàgina.
Molta sort,
Ferran Escrig
1. Atrevida ilusión. Bernardo Rienaldi
No sabía cómo explicarlo. Hacía un tiempo que no me
sentía la misma y cada vez me costaba más disimularlo.
Naturalmente consulté el caso con Ansha-Lyra. Ella era
mi auspiciadora y mi enlace en La Fábrica, pero también
mi amiga y confidente.
—¿Lo ha notado tu marido? —se interesó.
Le dije que no, que aún era algo muy íntimo, una especie
de atrevida ilusión que estaba despertando en mí un
inconformismo inusitado y unas ganas de vivir y de
probar cosas nuevas…
—No te preocupes —dijo, desabrochando mi falda y
levantando la parte de atrás de mi blusa—. Yo me encargo
de todo, no diremos nada a La Fábrica.
De un estuche ignífugo sacó un instrumento puntiagudo
que introdujo en la pequeña interfaz que había en mi
espalda.
—Es un desajuste relativamente frecuente en tu serie
—añadió en tono profesional—. Suerte que aún estás en
garantía.
Y cuando terminó empecé a encontrarme como de costumbre.
Quise alegrarme por ello, pero… no supe cómo hacerlo.
Volví a ser la misma de siempre. Estaba curada.
2. Consulta al especialista. Darío Grande
Siempre esta hora, en la boca, es lo primero que siento.
Empieza con unos moretones, después las rodillas, más
tarde en la lengua, después en los pies y se va
prologando para todo el cuerpo. Así, ¿ya ve? En este
punto es cuando me empiezan los dolores. Además de la
picazón, ¡imagínese! Es como un ardor que me corre por
el cuerpo. Me duele la piel, raro, ¿no? Dicen que la
piel no duele. Pero a mí sí, la siento cada vez más
desprotegida. Empiezo a sentir más frío, a veces, más
calor. Y así, dejo de sentir ese perfumito tan
simpaticón de mi muchacha y la cosa se pone brava. Entre
que no veo de noche y no la siento a ella, ¿cómo quiere
que me ponga?
¿Que si me tienen miedo? Así, flacucho, con esta barba
crecida y estos pelos desprolijos, ¿a quién voy a
asustar? Por ahí, alguna vieja de las afueras del pueblo
pega unos gritos por verme desnudo, pero nada más.
¿Qué quiere que le diga, doc? Recurro a usted porque ya
no sé qué veterinario consultar por este problemita de
hacerme hombre cada vez que hay luna llena.
3. Flú. Mindan
La vieja se enjugó las lágrimas, demasiadas emociones.
En aquella caja del jardín acababa de enterrar a su
mejor amigo. Flú, el viejo perro, le había acompañado
fiel durante toda la vida.
Entró en la casa, el único ser vivo que quedaba era una
pequeña planta cuyas hojas estaban empezando a tomar un
color marrón marchito.
Llenó una regadera y regó, el agua empapó el suelo sin
tocar la maceta. Mientras tanto, en el jardín, Flú
arañaba el interior de la caja enterrada, tomando las
últimas bocanadas de aire que le quedaban.
La vieja rió muy fuerte, se rió de la planta como se
había reído del perro.
4. Freddie Black
Nueva Orleans 1952.
Me llamo Freddie Black. Soy detective. Estoy a punto de
salvar a Peggy Lee de las garras de la banda de Jhonnye
“Big Boss”. Están ahí, a veinte metros, bajo la farola,
forcejeando. Yo empuño mi arma, escondido en el
callejón, entre la escalera de incendios y los cubos de
basura. Huele a pescado, y en el muelle se escucha el
vaivén de los barcos.
Pero soy incapaz de moverme.
Así llevo más de 20 años.
Desde que alguien asesinó a Manolo… el dibujante.
5. Hermanas. Marleiya
El niño ha empezado a comportarse como un fantasma. Vaga
de noche por la casa y entra en los dormitorios haciendo
los clásicos aspavientos: pone los ojos en blanco, agita
los brazos, exclama "uuuuhhh". A la madre le parece tan
divertida la última ocurrencia de su pequeño –a pesar de
que se niegue a comer y acudir al colegio– que le ha
cosido con sábanas blancas un traje de espectro, largo y
vaporoso. El padre opina que el chiquillo no posee
ningún talento para el teatro, que debería salir a la
calle a darle al balón o a perseguir chavalitas. En
cambio, sus dos hermanas sienten lástima por él
–olvidaron ya los terribles celos que las consumían– y
cada mañana le quitan el disfraz, le ponen el pijama, lo
acuestan, le frotan los pies helados. También le
maquillan las marcas de sus veinte dedos en el cuello y
le suplican que no las delate.
6. La extraña pareja. Corylus Puccini
La Muerte me vino a visitar hace unos meses. No es que
me haya muerto, no, es que un día tocó el timbre, abrí
la puerta y entró. Se quedó a vivir conmigo unas
semanas. Es difícil convivir con lo que no es, con la
pura no esencia, con la nada. Yo por si acaso, intentaba
ser servil con ella; la arropaba por las noches, dejaba
su guadaña al lado de mi móvil, y dormíamos juntos hasta
el amanecer. Por las tardes, mientras yo veía programas
intrascendentes en la televisión, ella leía las esquelas
del periódico. Después veíamos películas; le encantaban
las de casas encantadas. Un día intenté indagar algo
sobre mi fatal destino, pero alegó que "la muerte viene
sin avisar". Me pareció una frase muy extraña e
incongruente dadas las circunstancias.
Una mañana se fue y todavía no ha vuelto. Desde entonces
me duele la cabeza, tengo pesadillas, estoy nervioso y
tomo tranquilizantes. Soy la desesperación
personificada. Me siento más solo que cuando me
divorcié. Cada día lloro sin saber la razón.
Solo quiero que vuelva. Solo quiero volver a dormir
tranquilo a su lado.
7. Malditas margaritas. Sherry Darling.
Enrabietada ante la respuesta negativa que había
obtenido, terminé de deshojar la margarita y me incliné
para tomar otra, convencida de que esta vez la respuesta
sería distinta. Sin embargo, cuando me disponía a
cortarla, fue la flor la que me atrapó a mí. El
brillante cian de aquella primaveral mañana se tornó
repentinamente de un tono negruzco siniestro y enlutado,
propio de alguna de las historias de Alan Poe. La
margarita, con sed de venganza y sin clemencia, se
abalanzó sobre mí. De manera cruel y subversiva comenzó
a arrancarme manos, orejas, nariz, dedos… Mientras me
quitaba la piel me preguntaba sarcásticamente con voz
aterradora:
— ¿Te quiere? ¿No te quiere? ¿Te quiere?
Cuando consiguió reducirme a un puñado de huesos, se
marchó carcajeando. Ahora soy un triste esqueleto que
deambula lúgubremente por el Parc de la Ciutadella,
regadera en mano, impidiendo que se marchiten las
malditas margaritas.
8. Masacre final
La tensión es extrema. No puedo bajar la guardia ni un
segundo. Repaso una y otra vez instrucciones y
procedimientos. No puedo echar por tierra los años de
duro adiestramiento que me han empujado hasta aquí.
Reviso los mandos de mi máquina. Los ingenieros la
diseñaron para infligir el máximo daño al enemigo y
ahora debo actuar. Me agobia la responsabilidad de tener
que provocar tanto daño para proteger nuestro sistema de
vida, pero la masacre final –dicen- es la única salida.
No puedo decepcionar a mis compañeros, a mi país. Su
bienestar futuro depende de mí. Repaso el procedimiento
y olvido la presión del entorno.
Libero los gases letales, pulso la ignición. La
llamarada es cegadora, no hay marcha atrás. Alea jacta
est.
La temperatura del sistema sube, noto su calor. El plan
previsto avanza inexorablemente.
Escucho una voz de fondo: “Cariño, ¿está el desayuno?”
Me tranquilizo mientras recuerdo que la leche ordeñada
ayer hay que hervirla varios minutos.
“Tranquilos que estamos de vacaciones en el pueblo”
–respondo-.
Ya casi no recordaba como funciona una cocina de butano.
9. Metástasis. Duke
Aquella incontrolable horda de repulsivos seres avanza
sin control. Cuando Leo-T recibió la voz de alarma,
nunca imaginó que se enfrentaría a una situación de tal
magnitud. Su Cuerpo de Seguridad había combatido con
anterioridad todo tipo de agresiones externas; seres de
otro mundo, cuyo virulento ataque habría estremecido al
más valiente de los comandantes. Sin embargo, esta nueva
amenaza tan atroz como ominosa, aunque parezca llegada
de un lejano universo, es pertrechada por individuos
pertenecientes a nuestros dominios. Una aberrante
mutación genética, de origen desconocido, ha creado a
aquellos engendros cuya purulenta apariencia y
pestilente hedor se aglutinan sobre un tembloroso Cuerpo
de Seguridad que nada puede hacer para detenerlos.
Es increíble la velocidad con la que se reproducen y
propagan estos seres. Leo-T siente un nauseabundo
vértigo; una de esas bestias lo embiste con su
putrefacto vómito de amarga bilis y pus, huyendo por una
de las vías de escape.
Así es como una célula ósea cancerígena se dirige veloz
a través del sistema linfático hacía el pulmón para
dañarlo. Nuestro Linfocito T no ha podido evitarlo. La
célula se ha establecido dando paso a una rápida
mitosis; el tumor se ha propagado, la metástasis ha
comenzado.
10. Revolución germinal. Gaia
Había creado un ejército de abejas robot que en un
cuarto de hora lograba convertir en estéril a toda una
plantación de frutas. Los campesinos y pequeños
agricultores una mañana de un día cualquiera
despertaban y se encontraban con sus sandías sin
semillas, manzanas sin semillas, uvas si semillas,
naranjas sin semillas, y así… Feliz, patentó y vendió
por millones su descubrimiento. Nunca necesitó tomar
pastillas para dormir. Una tarde, se encontraba
descansando en su piscina con salida al mar en Fort
Lauderdal, cuando sintió una fuerte punzada en el pecho.
Desde su interior algo pujaba por salir. Se retorció del
dolor. Otro pinchazo, aún más intenso. Y otro más. Ahora
ya no podía respirar. Una semilla de manzana había
germinado en su pulmón. Murió atravesado por varias
ramas que salían de adentro de su cuerpo. Hay veces en
que la propia naturaleza encuentra el camino para
librarse de las plagas.
11. Olvido. Marebo
Estoy tumbado sobre algo duro y frío. Un diminuto haz de
luz se filtra por la ventana abierta. La habitación
tiene pocos muebles. Una silla volcada.
Algo se mueve cerca de mí. Una rata. Me estremezco.
Nunca me han gustado, son sucias. Roen. La rata me mira,
se pone a dos patas y emite un chillido. Espera
respuesta. Me mira de nuevo con sus ojillos negros y se
va. Mejor.
Estoy intranquilo. ¿Y si vuelve con otras? En mi
situación, soy un blanco fácil. ¿Dónde está la gente?
Una fría ráfaga entra por la ventana. Ha oscurecido.
Pequeñas gotas de lluvia fresca golpean el suelo. Se
oyen truenos. Calculo mentalmente la distancia de la
tormenta. Miro la ventana. El viento es cada vez más
fuerte.
Ruidos en la pared. Las ratas de nuevo. ¿Vendrán? De
repente, el vendaval golpea brutalmente la ventana y
entra en la habitación haciendo un ruido ensordecedor.
¡No, no, por favor! El agua me empapa convirtiendo mis
cubiertas de cuero en una suela vieja y pastosa. Llega
a mi interior, a mis páginas, que beben sin sospechar
que trae consigo la muerte. Los elementos rugen y me
despedazan.
Un reguero de tinta llega hasta la estantería.
12. Una corta despedida. El Cuervo
“En un ratico nos vemos”, le susurró una madre a su hijo
de 6 años, antes de darle un beso en la mejilla y
arrojarlo por el balcón.
13. Vaciar papelera de reciclaje
- Cuéntame todo lo que recuerdas, Eva - le pidió
la mujer. Su voz era fría y aséptica.
- Recuerdo que me sentiré nerviosa y aterrada
cuando salgas, porque no recuerdo nada más allá de esta
habitación. Recuerdo tu expresión impenetrable, y que en
esta misma habitación sentiré un profundo calor que me
angustiará.
- ¿Cómo se presentan esos recuerdos?
- Como si caminara siguiendo un círculo, de modo
que el paso ya andado en realidad es un pasó que daré.
¿Tiene eso algún sentido? Los recuerdos se van dibujando
en mi mente, comienzan confusos, como si fueran un
borrador, hasta que se materializan y mi cerebro
consigue entenderlos. Está pasando ahora mismo.
- ¿Y qué recuerdas ahora mismo?
- Miedo. Fuego.
- ¿Alguna vez recuerdas algo que finalmente no
ocurre y ese recuerdo acaba transformándose en otra
cosa?
- No
Uno de los muros se abrió en diagonal, y la mujer salió.
La mujer pulsó un botón en la pared en el que se leía “Delete”,
y la habitación blanca se tornó roja mientras el fuego,
que parecía salir de la pintura de sus paredes, devoraba
la mesa, las sillas, y el error. Análisis finalizado.
Bases del
IV certamen de microrelats fantàstics i de terror de
Sants 2016
1. El certamen és obert a qualsevol persona que hi
vulgui participar.
2. La participació en el certamen comporta acceptar
aquestes bases.
3. Els treballs que s’hi presentin han de ser
originals i poden estar escrits en català o en castellà.
4. Els treballs presentats no poden haver estat
premiats anteriorment a un altre concurs literari.
5. No es pot presentar més de dos treballs per
persona.
6. Els treballs han d’estar escrits amb ordinador
en format .doc (amb el tipus de lletra Arial, cos 12), o
en fulls DIN A4 escrits a una sola cara i a doble espai.
7. L'extensió màxima és de 200 paraules (microrelat).
8. Els microrelats, hauran de proposar un conflicte que
es resolgui en acabar el text amb la major economia de
mitjans. Hauran d'orientar-se dins de la literatura
fantàstica, terror i ciència ficció. El títol forma part
del relat.
9. El guanyador del premi s'emportarà 200€.
S’aplicarà la retenció fiscal que marca Hisenda d’acord
amb la legislació vigent.
10. Tots els concursants hauran de presentar-se amb
pseudònim.
11. Els treballs s’han de presentar dins d’un
sobre DIN A4 o similar tancat, on hi consti “IV Certamen de
relats fantàstics i de terror de Sants", i a l’interior
del qual hi ha d’haver: L’original i una còpia impresa,
on hi consti el títol de l’obra i el pseudònim del
concursant. En un paper a dins d’un sobre tancat hi han
de constar les dades personals de l’autor/a: pseudònim,
nom i cognoms, data de naixement, adreça i telèfon, i,
en cas de tenir-ne, adreça de correu electrònic. A
l’exterior d’aquest sobre cal indicar: títol de l’obra i
el pseudònim del concursant.
12. Si s'opta per enviar-ho on-line,
a la adreça:
microrelatsmarato@gmail.com,
els participants hauran d'escriure en l'assumpte: "IV
Certamen de microrelats fantàstics i de terror de Sants".
No si escriurà res en el missatge. S'adjuntaran dos
documents: el relat del concursant, amb títol de l'obra
i pseudònim, i un document anomenat "plica" on hi
constaran les dades personals de l’autor/a: pseudònim,
nom i cognoms, data de naixement, adreça, email de
contacte i telèfon.
13. El participant on-line pot ser desqualificat per
qualsevol dada inclosa en el mail que reveli la seva
identitat.
14. Els treballs s’han de fer arribar a les Cotxeres de
Sants: Sants, 79, 08014 Barcelona, Tel: 932918701. La
data màxima d'entrega serà el 19 de setembre de 2016.
15. El Jurat format per membres de l’organització del
festival, serà presidit per Ferran Escrig Parés, autor i
especialista en humanitats, i determinarà la categoria
única de guanyador, i finalistes. Es reservarà el dret a
considerar desert un premi o fer-ne menció especial. La
seva decisió és inapel·lable.
16. El jurat no mantindrà correspondència amb els
participants durant el procés de selecció.
17. Totes
les obres seleccionades es donaran a conèixer el 2 de
novembre del 2016, a la nostra pàgina web:
www.cotxeres-casinet.org/marato
18. El veredicte del Jurat es farà públic durant la gala
dels finalistes de la XXVIII Marató de Cinema Fantàstic i
Terror de Sants, el 18 de novembre de 2016 i es
publicarà a la web.
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Tercer certamen de microrelats fantàstics i de terror de
Sants
FINALISTES
Amiga invisible
(Antártica)
¿Recuerdas el día en
que bañaste a tu muñeca de cartón? Su cuerpo se hinchó y
tu mamá te compró una mucho más bonita. El agua está
templada; ya puedes meterlo. Cuando el bebé deje de
llorar, será el momento de decirles que tú lo que
querías era una hermanita. Así tendremos cada una lo que
deseábamos para jugar.
Calumnia (Maresga)
Redacción:
Radiadores. ¿Qué voy a decir de los radiadores? Los
profesores flipan. Vaya tontería de tema. En mi
habitación tengo uno, plateado, de aceite, con ruedas.
Si hace frío lo enchufo y si no, lo arrincono. Eso es
todo. Una mierda de radiador no da más de sí.
—¡Sí, mamá, ya voy!
¡Trato de escribir sobre un jodido radiador!
El ruido a mis
espaldas me pone los pelos de punta. Un chirrido, un
deslizamiento. Chirrido, deslizamiento. No puede ser mi
madre. Paralizada, con las manos sudorosas en el
teclado, noto un calor que se aproxima. Me doy la vuelta
muy despacio… y ahí está, emitiendo un susurro
crepitante, un chisporroteo, acercándose implacable. Por
detrás, el cable suelto ondea como un rabo. Solo me da
tiempo a pensar que dos pilotos rojos encendidos indican
máxima temperatura. Dos ojos rojos… El aceite…,
caliente, muy caliente.
La cena se enfriaba
en los platos. Fue el hedor a carne quemada lo que
alertó a Maribel.
Claustrofobia (Nadie)
Es una madriguera
diminuta. Palmotea en la oscuridad como si nadase en
alquitrán. Está desnudo y es incapaz de recordar el
tiempo que lleva encerrado. Una detonación insistente
retumba en las paredes. Fugarse es inaplazable.
Presiente que ha llegado su oportunidad. Palpa con
desesperación y en un manotazo roza con algo que asemeja
una soga. Se aferra a ella y repta por un túnel viscoso.
Vence la repugnancia y avanza decidido, aún sin saber
hacia dónde. El silencio que ahora le acompaña se rompe
con un lamento desgarrador. Aterrorizado lanza un grito
que necesita todo el aire de sus pulmones. La luz
cegadora atraviesa sus párpados sellados. Unas manos
ensangrentadas le arrebatan delicadamente de las
tinieblas. Alguien anuncia con entusiasmo, es un niño
precioso.
El agujero (José
Tichy)
Al volver de un largo
viaje me encontré con la desagradable sorpresa de que el
infierno se había instalado en mi casa. Para ser
exactos, era más bien una antesala y estaba en mi
despacho.
Al principio tampoco
me resultó incomodo, era verano y de aquel agujero salía
una agradable brisa que refrescaba el ambiente. Esto
compensaba el hecho de que esporádicamente, algún
desconocido llamaba a mi puerta preguntando por él. Yo
les dejaba pasar y ellos desaparecían en la gruta para
no volver, nunca me cuestioné que les impulsaba a
hacerlo.
Con el tiempo se
convirtió en un autentico quebradero de cabeza, las
personas me esperaban en la calle hasta que salía del
trabajo, así que me decidí por cobrar entrada, al fin y
al cabo aquella gente ya no necesitaba su dinero para
nada.
Sin embargo, el vacio
se reveló como una sustancia magnética que me llamaba
cada vez con más fuerza, hasta hacerse insoportable. O
quizás fuese mi conciencia la que me impedía seguir
viendo como esos desgraciados dejaban este mundo. En
todo caso se había transformado en un tormento, y no
tuve más remedio que mudarme. Desde entonces busco
recepcionistas con idiomas y experiencia.
EL COBRADOR (Liam
Gárref)
Cuando trabajaba de
cobrador, siempre estaba el típico o la típica que me
decía <<No me acuerdo de nada>>. Pero a mí, sus escusas,
me traían sin cuidado. Yo sólo era el cobrador, y mi
trabajo era arrancarles el alma si se negaban a dármela.
Aún soy consciente
del daño que he hecho. Sé las vidas que he destruido, al
igual que conozco las vidas que he agraciado. Y es que
cuando uno dice en voz alta que vendería su alma al
diablo, es más que una frase que se lleva el viento.
La mayoría que lo
dice, lo dice muy enserio. Sólo que se imaginan al
Diablo con un traje de visón, viniéndoles con un
contrato impreso con florituras sobre un pergamino de
oro. Nunca se imaginan a un cuarentón prácticamente
calvo, sin cuernos y con una chupa de cuero de segunda
mano, al pie de sus camas con una lata de conservas
vacía y un bisturí.
Es entonces
cuando los más asustadizos se desmayan y les extraigo el
alma. Obviamente las noches más duras son en las que
tengo que cobrarle a alguien que tenga palique o sea
escéptico.
Y hay muchos que
son así.
El verdadero terror
(Jaume Vicent)
Lo que realmente me
causó terror al abrir la puerta, no fuer el ver a mi
esposa con nuestro hijo en brazos. Lo que me hizo
temblar de pies a cabeza, fue saber que hay alguien
capaz de desenterrarlos y dejarlos así en mi salón.
“Monstruos
nocturnos” (Reloveution)
El sol se ponía, la
luz de la luna se hacía paso por la ventana de la
habitación hasta iluminar los castaños ojos del niño, y
entonces, Jacobo sabía que había llegado la hora.
Le habían dicho que
los monstruos vivían debajo de las camas… pero el suyo
no, el suyo entraba por la puerta, sombrío y feroz…
dejando llantos a su paso y dando gritos en un idioma
propio de los monstruos:
- asdskjt grrr
jjihjsdsoiu!!!!! –Vociferaba esa sombra enorme
amenazante, deforme y aterradora.
Y entonces Jacobo se
tapó la cabeza con la sábana y cerró muy muy fuerte los
ojitos, ya que también le habían dicho que tapándose
estaría protegido de los monstruos de las pesadillas…
Pero al suyo no había mantas que lo detuvieran, y con
sus potentes garras lo sacó de la cama, lo tiró
violentamente contra el suelo y comenzó a intimidarlo,
zarandearlo, y hasta golpearlo para demostrar que como
buen monstruo que era, no tenía piedad ni compasión.
Y cuando ya tuvo
suficiente, el monstruo se dio media vuelta, cogió su
botella de whisky y se alejó mientras Jacobo entre
sollozos decía:
-¿Por qué Papá?....
REINCIDENTE (Lady
Rowena Trevanion)
Papá se muere todos
los meses. Desde hace diez años. Normalmente a primeros.
A veces papá aparece colgado en la salita, con los ojos
granates como cerezas podridas y la lengua floja. Otras
sobre las baldosas de la cocina, las miguillas de los
sesos acribillados desligándose en una charca grumosa.
Hay días que me topo con su cuerpo hinchado y azul en la
bañera. Y a menudo (esto lo detesto) papá está desnudo,
despatarrado sobre la cama como un cristo obsceno y
huérfano, con una cascada púrpura brotando sin redención
del tajo abierto en su costado.
Los cadáveres de
papá, cada vez más viejo, se apilan en el desván.
Ordenados. Los metemos en cubetas de formol, por los
olores, antes de que se descompongan. Siempre nos
deslomamos por tenerlo todo impoluto, ¡faltaría más! Es
fanática de la limpieza y el orden mamá. Fanática.
Hay meses
esperanzadores, tardones, en los que me ilusiono cuando
se acerca mediados. Pero mamá acaba compareciendo
puntual y primorosa, su faldita almidonada, su nueva
adquisición anudándole con alborozo la cintura.
—Cariño, te presento
a Víctor. Puedes llamarle papá.
Después saca el
retintín coqueto.
—Si papá no recoge tú
me avisas, ¿eh?... ¡Faltaría más!
Seqüeles laborals (Pep Grill)
Encara avui, en el cor de la nit, la son em defuig i
desperto horroritzat pels records del passat que,
obstinats, m’assetgen de manera despietada tot lligant-me
a un pretèrit terrorífic d’on és molt difícil escapar.
Rostres crispats, dits acusadors, instruments afilats
que estripen el buit i l’omplen d’esquitxades cruentes,
energúmens assedegats de sang... tot plegat una lletania
anguniosa, com un sopor aterridor, sorgeixen eteris
escampats dins la foscor de la sala. Cada nit és igual.
Sense excepcions. Ara, davant la meva hora final, confio
en desprendrem d’aquest terror recurrent exorcitzant-lo
mitjançant una darrera declaració voluntària. Si més no,
faré el possible per reposar tranquil·lament en el són
dels penedits, tot expiant serenament el passat que
m’atenalla. Un grapat de
paraules, breus, precises, només per justificar-me. Un
testimoniatge en primera persona que eviti mal
interpretar les meves intencions originals, d’altra
banda, del tot innocents i fins i tot necessàries per
poder viure. Espero em puguin comprendre i perdonar:
SÍ, confirmo que vaig decidir acceptar la feina de
projectista en aquest cinema de barriada malgrat haver
estat advertit expressament de les conseqüències
psicològiques que de la programació, només pel·lícules
de terror, se’n poguessin derivar.
Hemisferio derecho (Teroke)
-Hagan pasar al
acusado.-Ordenó el juez con cabeza de cuervo.
Una figura sin
definir entró en la sala a paso lento y con la cabeza
baja, mientras el hombre con cabeza de mono se reía de
un chiste que había contado la gacela.
-Acusado –la voz
imponente del juez reverberó en la oscuridad de la
sala-, está aquí por graves delitos contra nosotros.
¿Cómo se considera?
-¡Inocente! –Exclamó
la figura, con furia-. ¡La razón es la cosa más poderosa
en el Universo y lo barrerá todo, incluidos vosotros!
Por toda la sala
retumbaron los gritos de ¡Hereje! O ¡Culpable! Otros
pedían a gritos su cabeza, su corazón o su alma.
-¡Silencio! –Gritó el
juez dando golpes con su mazo-.Acusado, a los cargos que
tenía antes le añado los de apología de la razón. Por
ello, le condeno a vivir durante el resto de sus días
como un humano estándar para que pueda ser rehabilitado.
Si al final de ella no hubiera un informe favorable,
será transformado en un insignificante pensamiento. Se
levanta la sesión.
Invasión
intergaláctica (Klaatu Barada Nikto)
—¡Las hordas
leuconitas están a las puertas!
—No queda más salida
que hacer uso del arma viral superlativa.
—¡¿Estás loco?!
¿Acaso has olvidado todo el esfuerzo que supuso su
obtención? Sabes bien que solo podemos emplearla una
vez, y hemos de asegurarnos de no perder nuestra mejor
baza en vano.
Mientras los
encargados de la defensa del último bastión terrestre en
Zucka V discutían la estrategia a seguir, cientos de
alienígenas comenzaban a traspasar la barrera de rayos
gamma.
—¡Ya es tarde!
Hagamos lo que hagamos ya se encuentran dentro del
perímetro de seguridad —dijo el mayor en edad, que no en
astucia.
—¿Tarde?
Antes de que su
compañero pudiera impedirlo, su dedo se deslizó sobre el
botón que marcaría la diferencia entre la pervivencia de
la raza humana, o su completa aniquilación. Cuando el
negro cubrió la pantalla que se elevaba frente a ambos,
fueron conscientes de que habían errado en su decisión.
—¿Qué ocurre? ¿Hemos
sido derrotados?
Una mirada hacia
quien carraspeaba a su espalda bastó para comprender la
verdad.
Los bebés duermen
mucho (Alais)
-Oye mami, ¿porque
Diego no me hace caso?
-Porque es un bebé,
Lucia, y los bebés duermen mucho.
Acarició con cariño
la mejilla de su hija.
-Ya durmió toda la
noche… ¡Yo quiero jugar con él!
-Eso no es suficiente
cielo, necesita dormir más para crecer fuerte y sano y
así poder jugar contigo cuando sea más mayor. Lucia ¿No
quieres que tu hermanito sea fuerte y feliz? ¿Serás
buena chica y podrás esperar un poco más para jugar con
él?
-Si mami, seré buena.
-¡Lucia ya está la
comida! Baja al salón y empieza a comer el puré que yo
voy a darle el biberón a Diego.
-¡No hace falta mamá,
está dormido!
-Es su hora de comer,
cariño, y necesita tomar el biberón para crecer fuerte y
sano, ¿recuerdas lo que habíamos dicho?
-Si mami, por eso
cuando se ha despertado le he hecho dormir, dormir
mucho… para que crezca pronto y podamos jugar juntos.
Se dirigió apresurada
hacia la habitación del bebé y se encontró a su hija
sosteniendo una almohada mientras miraba con dulzura a
su hermano pequeño.
-¿Lucia? ¿Qué haces
aquí? ¿Diego? ¿Diego? ¡Lucia!
Sigue
leyendo… (Lamoei)
Debían
ser las once de la noche cuando cogí el N-14 en Sants.
Estaba completamente vacío. Me acomodé y abrí aquel
curioso libro de segunda mano que recién había comprado
en la plaza a un extraño hombre con capa.
Te atrapará como ningún
otro lo ha hecho jamás. No podrás escapar- me había
dicho con una media sonrisa.
Parecía una antigua
colección de microrrelatos de terror. En la primera página
había una dedicatoria escrita con pluma; las palabras
que había dicho el vendedor minutos antes. Junto a éstas,
una fecha. La de aquella misma noche.
Giré la página intrigada y
empecé a leer.
… y te salvarás
<<Era ya de noche cuando
cogí el autobús. Iba completamente vacío. Me acomodé en
un asiento al fondo y abrí el libro que acababa de
adquirir en un puesto callejero. Al rato, un hombre
alto, delgado y con capa subió al autobús y se dirigió
hacia mí...>>
Entonces el conductor frenó
y aquel extraño hombre de la plaza se subió al autobús,
se sentó a mi lado, y con una media sonrisa en los
labios dijo...
Sigue leyendo y te
salvarás.
Asustada, giré la página
para seguir leyendo pero… estaba en blanco.
Millor microrelat
“Amiga invisible”.
de María Posadillo Marín (Màlaga)
Finalistes:
Reincidente
De Luz María Leira Rivas (La
Coruña)
-
Hemisferio Derecho
De Jorge Santiago Fernández Martínez (Madrid)
Finalistes 2013 pdf
Finalistes 2014 pdf

PALMARES
Millor microrelat
2015
Amiga
invisible
de María Posadillo Marín (Màlaga)
Primer finalista:
Reincidente
de Luz María Leira Rivas (La
Coruña)
Segon finalista:
Hemisferio Derecho
de
Jorge Santiago Fernández Martínez (Madrid)
2014
Guanyador:
Ana Reyes Serrano, Miedos infantiles
Primer finalista:
Pedro Berenguel Nieto, Llanto
Segon finalista
Angel Mirallas Espallargas,
FIYW (Feel If You Want)
Menció especial
Fabián Dorigo, La transformación
...............................................................................................................................................................................................................
2013
Guanyador:
Gorka-Ibán López, AD4N
Menció especial:
Òscar Royo Royo, La duda
Menció especial:
Cristina Morera Creus, L'escriptori

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